Día internacional de los Derechos de las Mujeres


La  libertad  de las mujeres

Cuál es el ámbito de libertad de las mujeres en el nuevo siglo?
Acaso la posibilidad de intervenir nuestros cuerpos, si contamos con medios, para rediseñarnos, reinventarnos, rellenarnos, desarrugarnos, eludiendo con  estética  el inevitable paso del tiempo.
O tal vez  exhibirnos descarnadas o intervenidas, como un objeto más en el impactante vehículo de las redes sociales de la WEB 2.0.   Internet es un lugar de amplios horizontes de aprendizaje, y de interaprendizajes, pero los modos de inserción de las mujeres en esta gran matrix pueden conducir a la repetición de viejos esquemas, y puede llevarnos al mostrarnos en  una gran ventana a la vacuidad.
Frente a esta fecha que nos devuelve como un espejo, un recordatorio de la lucha de las mujeres por sus derechos: trabajo digno, sufragio, participación política, vidas sin violencias, libertad e integridad sexual. 

Me pregunto, donde estamos; han sido múltiples los logros, los avances, pero especialmente reflexiono sobre lo que falta, lo pendiente, lo que queda por hacer.

En este contexto,  cuántas libertades sumamos las mujeres?  En muchos casos tenemos leyes, pero nos falta la incorporación de esas normas a la cultura, política,  social  y jurídica  para que su letra sea vigente, para  que obliguen y se cumplan,  para  derribar  creencias sobre roles estereotipados acerca  del “debe ser”,   del género que disciplina  la vida de las mujeres,  y  lograr la desarticulación de roles asignados,  viejos y caducos modelos.

Hemos avanzado en aspectos tales como la capacidad, la autonomía, el acceso o el ejercicio profesional, y la sanción de leyes protectorias contra la violencia o contra el sometimiento a situaciones de trata.                          Pero no hemos logrado romper el círculo de fuego de la violencia sobre las mujeres, o acerca de la libertad e integridad sexual. Hemos denunciado, y exigido el cambio de legislación y logramos  un marco normativo amplio  que nos ampara, pero que no es suficiente.        Es una larga lucha desde  los movimientos de mujeres, desde las ongs,  lideresas, referentes académicas, sociales, políticas y desde acciones colectivas organizadas, desde la representación política por  legislador@s y representantes concientizad@s y desde una múltiple y variable articulación frente a esa agenda. 

Las leyes que logramos sancionar pueden convertirse en un techo, en un límite que no cubre de las prácticas  violentas o violatorias,  es solo  un sistema  protectorio que muchas veces no se aplica o se interpreta en detrimento de nuestros derechos.  Y se debe resaltar que se creó una institucionalidad, y se crearon programas con un diseño de abordaje de lo urgente y asimismo otros que  buscaban dar respuesta a lo importante. Pero excelentes propuestas que se pusieron en marcha  quedaron en el pasado o a medio camino,  perdiendo entidad como tales.  

Debemos reflexionar quienes nos hemos comprometido  e involucrado en estas acciones por la conquista de derechos:   Si hemos perdido oportunidades?   Si  logramos los mayores avances posibles y debemos  confiar en nuevos oportunidades?     Si fuimos demasiado realistas?   O si han sido las estrategias adecuadas?.                   Qué rol han cumplido los partidos políticos? Y dentro de esas organizaciones, las prácticas políticas de los varones  militantes y dirigentes de esos espacios?. 
La crisis de los partidos y de representatividad política es una oportunidad o claramente un riesgo que refuerza las prácticas patriarcales?  

Buscando una síntesis a  estas reflexiones considero que en este contexto es vital profundizar como ejes centrales de una Agenda de Acción:  
§  La  concientización  de las leyes de igualdad real de oportunidades  para  las mujeres.
§  La sensibilización y concientización de tales normas y paradigmas por  los varones. Y sumar más varones a estos espacios de  acción por la igualdad real.
§  La incorporación cultural de un modelo que deconstruya  y aleje  los roles fijos y estereotipados teniendo a la sociedad como el centro de este trabajo cultural amplio, pluralista, desembozado, diverso, y  múltiple.
§  La revisión y evaluación de las políticas y programas puestos en marcha:
§  Un profundo análisis sobre los impactos reales, como incide la falta de presupuesto,                                      y el “presupuesto simbólico” que se afecta a las áreas y temas de género.
§  Los programas que existen con excelente diseño pero con escasa afectación presupuestaria para su ejecución real  es decir  “la institucionalidad vacía”.
§  La Democracia con las Mujeres; un sistema para dejar atrás la falta  de cumplimiento de los derechos de la mitad de la sociedad. La voluntad política para construir esta democracia con las mujeres.
§  La concientización de los actores vinculados al cumplimiento de las leyes y a los operadores del sistema judicial que las aplican.
§  Revisar la efectividad de las ejecuciones o intervenciones de las políticas y programas vinculadas a los derechos de las mujeres, rediseñar, reforzar, ante una sociedad compleja y cambiante.
§  El rol de las  familias y el rol de las Mujeres. Revisar, reflexionar, en qué medida  nos hemos quedado entrampadas, y en qué medida hemos elegido hacer, asumir, aceptar, posibilitar, permitir el rol que cada una sostiene.
§   Y por sobre todo debemos volver a mirar la educación como el  campo de acción, como la agenda que debemos afrontar en este tiempo. Cuáles son las currículas, de que hablan y  que callan. Es central y necesario, así lo considero, un modelo educativo que fortalezca el desarrollo de las mujeres como seres libres. Lo personal es político.

                                                                           Son  ejes para el debate de este nuestro siglo XXI.
           Y  cada uno de nosotr@s somos parte de este presente y de la historia que construimos cotidianamente.

                            María Rosa Avila  Abogada. Comunicadora Social. ISEGORIIA Marzo de 2014 Olivos Argenti

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